Sinceramente no creo que el Petro sea bien recibido. No sólo porque en Venezuela existe un control de cambios, sino porque es propuesto por un gobierno en manos de un Estado hundido en una severa crisis y, además, porque nace con el objetivo de evadir las sanciones que le han impuesto a ese régimen. Por definición tales condiciones lejos de generar confianza producirían el más profundo recelo.
|