Me gustó el intento del "acuerdo de Kyoto", en el que cada país tenía un derecho máximo a contaminar, a lanzar emisiones nocivas al aire. Si querías emitir más CO2 o sulfuros o lo que sea, de lo que te correspondía, debías comprar derechos en el mercado libre. Si tu fábrica contaminaba menos de lo asignado, podía vender sus derechos a contaminar a otras empresas a precio de mercado.
Desconozco los detalles del intento de acuerdo pero así dicho no lo veo: que la contaminación quede distribuida homogéneamente en todo el mundo no implica necesariamente que el derecho máximo a contaminar por país sea el adecuado.
se necesitaría una espécie de INTERPOL ecologista para controlar a todas las empresas, y eso sabemos que es prácticamente imposible que se vaya a consumar, aun menos con el consentimiento expreso de las multinacionales y demás potencias económicas dominantes.
La idea es que se juntan los presidentes/representates de los estados y llegan a un acuerdo sobre lo que puede contaminar anualmente cada país y cada tipo de las empresas que estén radicadas allí. Solamente pactar este punto ya es tremendamente difícil porque los intereses de los que participan son muy diferentes.
A partir de ahí, quien contamina menos de lo que le corresponde, vende sus derechos y saca dinerillo, y viceversa. Año tras año se permite contaminar menos hasta llegar a un mundo de energías y procesos de producción completamente limpios. Al menos, esa es la teoría. Luego hay que vigilar, sancionar... Vamos, lo de siempre.