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"Chiavarone emphasized that if blockchain startups and networks can succeed in replacing back offices, extensive labor, and eliminate costs involved in running supply chains, blockchain technology could lead the next industrial revolution".Traducción (cutre-propia).
"Chiavarone enfatizó en el hecho de que si las nuevas iniciativas y redes de blockchain tienen éxito suplantando las oficinas, que suponen una labor extensa, y eliminar los costos relacionados con el mantenimiento de las app, la tecnología blockchain podría implicar la nueva revolución industrial".Pues fíjate, Gothorum, que no estoy del todo de acuerdo con el artículo, no porque no tenga razón, sino porque parece olvidar la "parte trasera" de la tecnología Blockchain, es decir la minería. Todos sabemos que cada vez es más y más difícil y se necesita de una tecnología al alcance de pocos, así como de un consumo exacerbado de electricidad, el generar un hash que libere un bloque. Es decir, que si la tecnología Blockchain se introduce en los pormenores bancarios de varias empresas, como se sugiere en el artículo, los costos de minado serían una cosa enorme. Ahora bien, al alcance de pocos.
Tal vez ando pesimista, pero a veces me planteo cómo el mundo de las crypto puede llevar aún más a la polarización de la riqueza, puesto que el diseño del sistema se basa en la competencia entre el dinero que se necesita para generar la fuerza de minado.
Desde el lado optimista de la situación, bueno, efectivamente la cuarta revolución industrial, que siempre implica otra económica, está sucediendo. Es innegable que el nuevo sistema económico basado en la cryptografía va a significar un antes y un después en la economía de la humanidad y en el concepto del dinero en sí.
Pero, ¿en qué sentido? Tendemos a asumir que el mundo de las cripto significa avance, libertad y equidad. Pero no lo creo, honestamente. Tal vez así surgió, como una idea en la cual todo el mundo pudiera crear y manejar su propia economía, no sólo gracias al anonimato, sino también al minado y la confirmación de transacciones. El problema es que cada vez se parece más a un poder eilitista y, en el momento en que los poderosos digan "mío", ¿quién podrá competir con ellos?
¿Acaso no lo han dicho ya?