Lo bueno es que la información se va consolidando sobre proyectos tangibles, y no sobre una base exagerada de castillos de naipes (llámese la gran mayor parte de las ICOs, tal y como se demostró a posteriori). Parece claro que los grandes inversionistas tienen el ojo echado a los criptoactivos, y probablemente se hayan empezado a mover en mayor medida de la que se transmite.
Ahora bien, toda la criptoesfera sigue siendo un terreno de gran volatilidad, sin garantías, donde la primera atribución les resultará sumamente atractiva, y la segunda actuará en cierta medida como freno para los inversores conservadores.
La mayor parte de los indicadores y sentimiento parecen apuntar hacia una subida notable este año, pero llevamos varios meses de relativa calma chicha, con balance casi cero.
Claro que siempre están los cenizos ...:
Trump will ban bitcoin (BTC) when it reaches $100,000